Uno de los más extraños —y emblemáticos— elefantes de África fue asesinado por cazadores en el sur de Kenya.
Ecologistas descubrieron el cuerpo de Satao II, icónico elefante del país, durante un sobrevuelo de rutina por el Parque Nacional Tsavo.
Satao II probablemente murió cuando le dispararon con una flecha envenenada en un intento por ser cazado, según el grupo ecologista Tsavo Trust.
El grupo encontró al elefante en enero, pero solo reveló su muerte esta semana. Tenía cerca de 50 años.
Los guardaparques hallaron el cuerpo de Satao II cerca de un río en la parte oriental del parque, en un área descrita como “punto de caza” por Tsavo Trust.
Los elefantes tipo tusker son conocidos por tener colmillos tan grandes, que pueden tocar el suelo. Los guardaparques recuperaron sus enormes y pesados colmillos, antes de que los cazadores los reclamaran.
Hace unas dos semanas, ecologistas detuvieron a dos cazadores que se cree son responsables de la muerte de Satao II, informó Tsavo Trust. También recuperaron un AK-47, junto con tres arcos y 12 flechas envenenadas.
“Aunque en todo caso es una pérdida muy triste, podemos sacar algo positivo de esto y es que se encontró el cadáver de Satao II con su marfil intacto, y fue recuperado antes de que cayera en manos equivocadas y alimentara más el comercio ilegal de marfil”, escribió Tsavo Trust en su página web.
“Mucho más importante, esta banda de cazadores que tal vez trató de cazar a Satao II se ha descompuesto para siempre”.
Satao II recibió ese nombre por su antecesor, Satao, un elefante gigante tipo tusker que fue asesinado por cazadores en el 2014. Cuando los guardaparques encontraron su cuerpo, sus colmillos ya no estaban y su cara estaba tan mutilada que las autoridades casi no logran identificarlo.
Los elefantes gigantes tipo tusker, llamados así por el considerable tamaño y peso de sus colmillos (tusk, en inglés), son una especie muy rara y fuertemente amenazada. Satao II era uno de los 10 elefantes tusker gigantes que viven en el Parque Nacional Tsavo. En este momento solo quedan 30 elefantes tusker en África, según la organización Save the Elephants.
Los elefantes son cazados por sus colmillos de marfil, que son usados como trofeos o tallados en todo tipo de adornos.
A pesar de la prohibición internacional para comerciar marfil, la demanda persiste. Los cazadores matan entre 20.000 y 30.000 elefantes cada año por sus colmillos, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
Los colmillos de elefante se venden en el mercado negro por miles de dólares, haciendo más lucrativo el comercio y amenazando a una población de animales que cada vez es más frágil.
Fuente/cnnespanol.cnn.com
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