La sonda espacial Rosetta aterrizó con éxito tras un descenso controlado en la superficie de un cometa lejano, poniendo fin a una histórica misión de 12 años.
El aterrizaje fue el acto final de un proyecto épico para orbitar a un cometa alrededor del Sol y poner a una sonda en su superficie para recoger información sobre su comportamiento y composición química.
La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), que llevó a cabo la misión, decidió que fijar la nave al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko era la mejor manera de cerrar el proyecto.
La nave espacial Rosetta persiguió durante 10 años al cometa y en 2014 hizo historia al convertirse en la primera sonda en encontrar un cometa en su viaje alrededor del Sol.
El final de la historia de Rosetta se debe a que la sonda estaba cada vez más alejada del Sol y la Tierra y debido a que se alimenta de la energía solar, la energía se estaba agotando, así como el ancho de banda utilizado para la transmisión de datos científicos.
Millones de personas han seguido los giros de esta misión misión a través de algunas de las interacciones en redes sociales entre el Rosetta y el robot que la acompañaba, Philae.
En noviembre de 2014, Philae completó un aterrizaje espectacular en la superficie congelada del cometa, a pesar de que un sistema de arpones no funcionó después de su viaje de 10 años por el espacio.
El módulo rebotó sobre la superficie del cometa, y mientras personas de todo el mundo veían su progreso, ingenieros y científicos anunciaron que Philae se estaba comunicando, a unos 510 millones de kilómetros de la Tierra.
Los científicos realizaron más de 60 horas de investigación con los instrumentos de del Philae, tomando imágenes, detectando moléculas e intentando martillar la superficie inesperadamente dura del cometa.
Entre la invaluable información científica recolectada está el dramático descubrimiento de 16 compuestos orgánicos "ricos en carbono y nitrógeno", lo que da sustento a la teoría que las unidades básicas de la vida podrían haber llegado a la Tierra por cometas.
Pero luego el intrépido módulo se quedó sin energía. Sin poder obtener la energía solar para sus paneles solares, se quedó sin batería y entró en modo hibernación. Cuando el cometa se acercó al Sol en junio y julio de 2015, el robot revivió brevemente y se comunicó de nuevo.
Cuando de nuevo se apagó, se asumió que Philae había dejado de funcionar debido al ambiente de frío extremo y se había perdido para siempre. El robot incluso envió un desgarrador tuit de despedida en julio.
Pero a principios de septiembre, la sonda Rosseta envió nuevas fotos que mostraban al robot entre unas rocas.
La misión ha costado alrededor de 1,4 millones de euros (1,57 millones de dólares) desde el inicio del proyecto, en 1996.
Fuente/cnnespanol.cnn.com