El infarto cerebral es la tercera causa de mortalidad en el mundo, por detrás de las enfermedades cardíacas y del cáncer.
Si bien es cierto que a día de hoy no podemos evitar al 100% el sufrir un accidente cerebrovascular, son muchos los estudios que nos indican que el llevar unos hábitos de vida saludables, donde incluyamos una serie de alimentos básicos, nos van a ayudar a prevenir el infarto cerebral casi en un 30%.
1. Las zanahorias
Según un estudio realizado en 2008 en la Universidad de Harvard (Estados Unidos) comer unas cinco zanahorias a la semana podría reducir el riesgo de ictus en un 50 %. Aunque hemos de ser prudentes con este dato, no descartaremos sus beneficios naturales, dado que es una verdura muy rica en antioxidantes, que evitan que se nos formen cóagulos en las arterias y que favorecen la circulación sanguínea.
2. Coles de Bruselas
Los coles de Bruselas son ricas en potasio y en folatos, elementos fundamentales para evitar el colesterol, la acumulación de grasa en nuestras arterias y para eliminar toxinas a través de la orina.
3. El aguacate
Basta con consumir medio aguacate al día. Es rico en esos ácidos grasos tan beneficiosos para nuestro cerebro como es el omega 3, el cual previene la oxidación celular y su envejecimiento prematuro.
4. Los tomates
El tomate es un cóctel natural de antioxidantes como el licopeno, el cual se sabe que es muy adecuado para prevenir los ictus gracias a su capacidad para reducir la tensión arterial y favorecer la circulación sanguínea. Todo se debe a una sustancia llamada homocisteína, que se relaciona con una mayor probabilidad de sufrir un infarto cerebral.
5. Sardinas en aceite de oliva
Son un tesoro natural de grasas saludables, de calcio y vitamina D. Son protectoras naturales de nuestro cerebro, aunque hay un dato que debes conocer: si las abres y no te las terminas, no las guardes nunca en su lata original. Resérvalas en un bol de cristal o cualquier otro soporte que no sea de metal.
6. La Patilla
Además de su atractivo color, esta fruta no contiene grasa, sodio ni calorías. Pero además de estas tres características principales, la también conocida como “sandía”, reúne todo un componente de aspectos positivos para todos.
La patilla contiene licopeno, un antioxidante muy reconocido para prevenir enfermedades del corazón. Además, lucha contra otras enfermedades como el cáncer de próstata.
La fruta también es determinante para curar las heridas de la piel, ya que tiene un compuesto llamado citrulina que se encarga de la estimulación celular y en consecuencia de la curación de cualquier cortadura, raspón y hasta quemaduras.
El betacaroteno que contiene la patilla produce vitamina A, y por lo tanto es un gran aliado para prevenir infecciones. Incluirla en tu dieta regular es un seguro para la salud.
Pasando a otros campos, también ayuda en contra del estrés gracias a que es rica en potasio y esto controla la presión arterial. También limpia los riñones y la sangre, además de quitar la sed, en vista de que es una fruta es 92% de agua. Esta última característica permite evitar el mal aliento y dolor de garganta.
Es una fruta rica en agua, en minerales, antioxidantes y es, además, muy baja en sodio, perfecta para reducir nuestro colesterol y evitar así el problema de la arteriosclerosis. No dudes en consumir un buen tazón de patilla cada día.
Para quienes sufran de retención de líquidos debido a ácido úrico elevado o cálculos renales (incluyendo además presión arterial alta), la sandía es capaz de estimular la diuresis. Especialmente por una cuestión a tener en cuenta: dos tajadas medianas equivalen a un vaso de agua.
Pero sus virtudes no acaban ahí, dado que también se trata de una fruta indicada cuando comemos y bebemos en exceso, dado que nos ayuda a que nuestro organismo se depure, favoreciendo así la eliminación de sustancias tóxicas a través de la orina.
Valores nutricionales de la sandía
(por cada 100 gramos)
– Calorías: 20,3
– Hidratos de carbono: 4,5 gramos
– Magnesio: 11 miligramos
– Potasio: 88,5 miligramos
– Fibra: 0,3 gramos
– Ácido fólico: 3 microgramos
– Betacaroteno: 18 microgramos
Beneficios de la sandía
Hidrata y remineraliza, gracias a su gran contenido en agua.
Cuenta con un amplio poder antioxidante gracias a que cuenta con una sustancia llamada licopeno.
Es ideal para dietas hipocalóricas al poseer tan sólo 20 calorías cada 100 gramos.
Ayuda a depurar el organismo.
Estimula la diuresis.
7. Avena
Tomada en el desayuno, la avena nos va ayudar a reducir el nivel de azúcar en sangre y a mantener a raya los niveles de colesterol malo o LDL. Tampoco podemos olvidar que es muy adecuada para reducir el estrés y que nos aporta increíbles nutrientes para nuestra salud cerebral, como es el zinc o el hierro. ¿Qué tal si empezamos el día con un buen tazón de avena?
Fuente/radiomundial.com.ve / mejorconsalud.com