Francia, Alemania e Italia se han puesto de acuerdo para unirse al Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura fundado por China, informa el diario 'The Financial Times'. Según el rotativo, la decisión supone "un duro golpe" para Washington, que se esfuerza por mantener a los principales países occidentales fuera de la nueva institución.
El Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) se ha convertido en uno de los temas centrales en la creciente competencia entre China y EE.UU. para determinar quién va a definir las reglas económicas y comerciales en Asia durante las próximas décadas, comenta 'The Financial Times'. Para el periódico, la nueva entidad es "un rival potencial" del Banco Mundial, que tiene su sede en Washington.
La decisión de los Gobiernos europeos es "un revés importante" para la Administración de Obama, destaca el diario. El Departamento del Tesoro de EE.UU. comunicó el lunes que reconocía la necesidad de aumentar las inversiones en infraestructuras en todo el mundo, pero insistió en que todas las nuevas instituciones deben "incorporar los altos estándares que la comunidad internacional ha construido colectivamente", y dijo que los nuevos miembros del BAII deberían "presionar para que se adopten" estos estándares, según recoge el rotativo.
Francia, Alemania e Italia anuncian su acción poco después de que el Reino Unido comunicara que se unía al BAII. En el momento de conocerse la decisión del Gobierno británico, los comentarios que llegaron desde Washington dejaron al descubierto su grado de inquietud al respecto. "Somos cautelosos ante la tendencia a permitir que China se sienta demasiado cómoda, pues no es la mejor manera de relacionarse con una potencia emergente", dijo a 'The Financial Times' un alto funcionario de la Administración estadounidense cuyo nombre no se revela.
Según los datos del diario, Australia, que había optado por mantenerse fuera del nuevo banco bajo la presión de EE.UU., también ha anunciado que revisará su postura. La agencia surcoreana Yonhap informa, a su vez, que Seúl tiene planeado decidir si se une o no al BAII antes de finales de marzo, el límite establecido por Pekín.
La historia del banco, que fue puesto en marcha el pasado octubre con un acuerdo de fundación firmado por 21 estados y un capital estatuario de 100.000 millones de dólares, se está transformando ahora en una debacle diplomática para EE.UU., destaca el columnista de 'The Financial Times' Gideon Rachman. Con los jugadores que se adhirieron a la iniciativa más tarde, más las perspectivas que se están contemplando actualmente, hoy en día Japón y EE.UU. son los dos únicos grandes países que no colaboran con el BAII.
"Con la provocación y la posterior pérdida de la lucha por el poder con China, Washington ha enviado una señal no intencional sobre cuál es la deriva de influencia en el siglo XXI. […] El episodio del BAII, en vez de permitirle a EE.UU. juntar a sus amigos en una oposición ejemplar contra una empresa defectuosa, hará que se vea aislado y petulante", concluye Rachman.
Suiza entra en el nuevo Banco de Inversiones chino.
El Consejo Federal de Suiza ha anunciado este viernes su decisión de participar en el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) fundado por China.
A través de un comunicado oficial, Berna ha informado de que recibirá el estatus de Estado fundador y estará involucrada en las preparaciones de las cláusulas de los documentos estatutarios de la nueva institución. Según ha explicado, el objetivo es reforzar las relaciones con China y Asia en general.
"El banco tiene el potencial para convertirse en una importante parte nueva de la arquitectura financiera internacional y desempeñar un papel clave en la financiación de una infraestructura urgentemente necesaria en Asia", dice el documento. De este modo, Suiza sigue el ejemplo del Reino Unido, Alemania, Italia, Francia y Australia, países que ya han formalizado su intención de unirse a la entidad china.
El Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura es uno de los elementos con los que Pekín quiere dar un empuje a su capacidad de medirse con las instituciones financieras internacionales dominadas por Gobiernos occidentales. Otros elementos del mismo sistema son la nueva Ruta de la Seda, en la que el BAII se compromete a realizar fuertes inversiones, y el Banco de Desarrollo del bloque BRICS.
Según los impulsores de la iniciativa, la meta de la institución no es complementar a su rival inmediato —el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD)— dominado por Tokio y Washington, sino desafiar sus políticas y su sistema burocrático. El BAII se postula, además, como una alternativa al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que tienen su sede en Washington.
El banco fue puesto en marcha el pasado octubre con un acuerdo de fundación firmado por 21 estados y un capital estatutario de 100.000 millones de dólares. Está previsto que la redacción de sus estatutos internos finalice a finales de este año.
Desde el principio de la iniciativa, Washington ha estad tratando de convencer a sus aliados para que se mantuvieran fuera de la nueva institución e hicieran presión contra ella desde el exterior. Según el Departamento del Tesoro de EE.UU., que reconocía la necesidad de aumentar las inversiones en infraestructuras en todo el mundo, las nuevas instituciones deben "incorporar los altos estándares que la comunidad internacional ha construido colectivamente" y se les debe presionar para lograrlo.
Fuente/actualidad.rt.com
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