Este Lunes 06 de Enero de 2014 se celebra en Venezuela y el Mundo, la llegada de los Reyes Magos.
Mateo.
Capítulo 02
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.
Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.
Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.
Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron.
Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño.
Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel.
Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.
Cuentos Del Arañero.
Los Tres Reyes Magos.
Nos fuimos al hospital J. M. De los Ríos en una revista imprevista. Apenas nos bajamos del vehículo, le digo a Elías que iba conmigo: “¡Mira, fíjate!, ¿qué es aquello?” Un bojote inmóvil y una cobija verde clara cubriendo el bojote, en toda la acera de enfrente del hospital de niños J. M. De los Ríos. Teníamos que ir directamente al hospital, pero dije: “¡No, no!, vamos a ver qué es eso. ¿Qué gente está ahí?”. Los pies sobresalían de un bojote. Empezamos a llamar: “¡Epa, ¿quién está ahí?” Y se levanta alguien rápido, se sienta, un gordito, un gordito negrito: “Somos los niños de la calle, Chávez”. ¡Ah, los niños de la calle!
Durmiendo tres niños amontonados en la acera sobre unas cajas de cartón, que ellos abren y las colocan así como si fuera un colchón. Ahí se acuestan los tres y se arropan con una cobija prestada de alguna casa de al lado. ¡Los niños de la calle!, un regalo de los Reyes Magos. Eran como los tres Reyes Magos esos muchachos. Entonces hay uno que no se quería levantar y lo llamaba su hermanito. Uno tendrá como diez años, el más pequeño; el gordo tendrá unos trece, y el flaco más largo como catorce. Ahí estaban, amanecieron en la acera. Y hablamos un rato con ellos. Son habladores, no se fueron corriendo, se sentaron ahí: “Chávez, ¿qué hubo?”, “¿cómo estás?”. “¿Cómo está Fariñas?” Me preguntaron por William Fariñas. ¡Ah, William!, me dio mucha alegría que los niños preguntaran por ti. Porque yo sé que tú te la pasas por ahí con ellos y ayudando. “Bueno, mira, ¿y tu papá y tu mamá?” “No, mi mamá nos botó de la casa”. “¿Te botó de la casa tu mamá?”. ¿Quién sabe cuál será el problema y la tragedia? Pero, lo cierto es que allí estaban esos tres niños.
Ahora el regalo es que anoche yo pude convencerlos de que se vinieran conmigo, porque ahí estaban, ¡imagínense, ustedes!, sin bañarse, sin comer, en la calle. Y anoche estábamos ahí, la vicepresidenta, un grupo de ministros, cuando me dice el teniente Andrade: “Aquí están los muchachos, tiene visita”. Los tres muchachos, bañaditos, vinieron y comieron. El gordo andaba con una franela amarilla reluciente y una sonrisa de oreja a oreja. Pero me llamó la atención la manera desinhibida con que esos muchachos hablan con cualquiera. “Vicepresidenta, ¡ah, mucho gusto!”, y un beso. “Mire, le presento aquí al doctor”. Alegres, y bueno: “Chávez, queremos oír música, “¿por qué no pones música aquí?”. Y yo le digo: “¿Dónde está la música?”. “Aquí lo que estamos es trabajando, chico, para ver cómo arreglamos el país y lo seguimos arreglando”. Un diálogo con ellos y al rato se fueron.
Están aquí por un día, por dos días, mientras los ubicamos. Bueno, ése es el regalo que me trajeron ayer los Reyes Magos, tres nuevos amigos y son magallaneros. Le dije al gordo, que es el líder, a Musulungo, que me ayude a buscar a los demás. Él me dijo: “Yo sé donde están toditos, en Sabana Grande”, en no sé dónde. “¿Y cuántos son?”. “¡Ufff!, muchos”. El gordo me va a ayudar a buscarlos a todos y yo pido ayuda a todo venezolano que sepa dónde hay un niño, un grupo de niños. Porque ellos tienen sus sitios, ellos van por ahí en el día y se van en la madrugada a dormir debajo de un puente, en una plaza. Venezuela en esta nueva etapa, en esta revolución, no puede darse el lujo de tener niños abandonados.
Texto/SocialistaSurNoticias
Fuentes/ReinaValera/CuentosdelArañero
Imagenes/SocialistaSurNoticias
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