Haz que tu comida dure mucho más.

Publicado: 24 Octubre 2013 | 02:10 p.m

Para que el jengibre no se haga "pasita", guárdalo en el congelador. Cuando vayas a usarlo, retira con un cuchillo la piel y la capa superficial (sólo en la parte que vayas a utilizar). Corta la cantidad necesaria con un cuchillo o usa un rallador. Vuelve a guardarlo en el congelador, pero envuélvelo en plástico adherente para que no se deshidrate.
Para evitar que los plátanos se maduren muy rápido, envuelve el tallo superior con plástico adherente, de manera que quede aislado. La teoría dice que durante el proceso de maduración, las frutas desprenden etileno, un gas natural. Aislar el tallo con plástico evita que el etileno salga y madure no sólo al plátano sino al resto de las frutas del frutero.
 Congela las hierbas frescas en "hielos" de aceite. Albahaca, tomillo, orégano, cilantro... lava las hojas, córtalas y ponlas en los cuadritos de la hielera, añade aceite y congela. Todo se aprovechará cuando cocines.
El frío del congelador quema y reseca la comida. Esto ocurre cuando la superficie del producto queda expuesta o hay aire al interior del empaque. Si comiste helado y queda la mitad del contenido, recorta el molde de manera que cuando vuelvas a poner la tapa, ésta haga contacto con el helado para que no quede aire. En otras palabras: elimina el aire al interior de los empaques.
Cuida cómo acomodas los productos en el frutero. Si pones plátanos con ciruelas y manzanas, seguro se echarán a perder muy pronto debido a que todas desprenden gas etileno. Haz la prueba: separa las frutas y acomódalas al lado de tubérculos, papas u otros productos más bien “secos”.
¿Haz visto cómo acomodan los tomates en el mercado? Usualmente los ponen con el tallo hacia abajo. Además de que se acomodan mejor y no se resbalan, esa posición evita el contacto con el aire y la humedad, prolongando su tiempo de vida en el anaquel.
Los limones son de esas frutas que pueden durar muchos días sin perder su frescura. Si los metes al refrigerador en una bolsa y en el cajón de las verduras, durarán aún más.
Guardar el pan en el refrigerador no es una buena idea, el frío lo reseca, o bien, cuando la humedad se condensa produce hongos. Lo mejor es dejarlo fuera del 'refri', en un lugar fresco, envuelto en un paño limpio y sin aromas, o en una bolsa de plástico.
Fresas, frambuesas y moras suelen echarse a perder demasiado rápido, pero podemos prolongar su vida de varias formas. Mantenlas siempre en el refrigerador en un envase con agujeritos para que “respiren”. No las laves ni las desinfectes hasta que las vayas a consumir. Recuerda que cualquier pequeña “herida” hace que salga el jugo azucarado de la fruta, lo que significa un festín para bacterias y levaduras. Evita la formación de hongos
Acomoda la leche y otros productos que se echan a perder rápido cerca de la salida del frío de tu refrigerador. Generalmente es a un lado del termómetro.
El plátano, la manzana y el aguacate son frutas que se oxidan muy rápido. Para evitarlo, pon unas gotas de jugo de limón o cúbrelos con poco de agua antes de meterlos al refrigerador.

Lava las uvas sólo hasta que vayas a comerlas. El agua y el movimiento hacen que las uvas se desprendan del tallo o dejan ranuras en la superficie. Eso provoca que salgan pequeñas gotas de jugo cuyos azúcares comienzan a fermentar al contacto con las pequeñas levaduras naturales que se encuentran en la cascarita de la uva.


F/YAHOO

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