El papa Francisco presidió este sábado una vigilia de oración en la plaza de San Pedro del Vaticano para pedir la paz en Siria, en una jornada de ayuno con el fin de promover un examen de conciencia sobre el compromiso para evitar la guerra.
El pontífice convocó este acto el pasado 1 de septiembre durante el tradicional rezo del Ángelus, en el que lanzó un enérgico llamamiento para que "no haya más guerras" y expresó su preocupación por el "dramático desarrollo que se presenta en Siria".
La vigilia de oración convocada por el Papa Francisco para este sábado 7 de septiembre comenzó a las siete de la tarde con la llegada del pontífice, que mostraba un gesto serio y grave muy distinto al que suele mostrar en sus apariciones en la Plaza de San Pedro.
El acto comenzó con el canto del Veni Creator, tras lo cual hizo su entrada en la plaza el icono de la Virgen María Salus Populi Romani portada a hombros por cuatro miembros de la Guardia Suiza, mientras el coro y los fieles cantaban el himno Ave María conocido popularmente como El 13 de mayo, muy ligado a la devoción a la advocacion de Fátima. Ante el icono, cuatro jóvenes, dos chicos y dos chicas, depositaron sendos ramos de flores.
El Papa tocó la imagen, se santiguó y dio comienzo el rezo del Santo Rosario en sus misterios gozosos, tras el cual Francisco se dirigirá a los fieles. En sus palabras ante los fieles congregados en San Pedro y los que seguían el acto por televisión o internet, Francisco planteó una reflexión sobre la necesidad de la paz en la cual eludió una posición concreta sobre lo que ha determinado esta jornada: la posibilidad de un ataque norteamericano a Siria. "Los seres humanos, hechos a imagen y semejanza de Dios, forman una sola familia, en la que las relaciones están marcadas por una fraternidad real y no sólo de palabra", afirmó Francisco. Pero "¿es ése el mundo en el que vivimos? La creación conserva su belleza que nos llena de estupor, sigue siendo una obra buena. Pero también hay ´violencia, división, rivalidad, guerra´. Esto se produce cuando el hombre, vértice de la creación, pierde de vista el horizonte de belleza y de bondad, y se cierra en su propio egoísmo". El Papa precisó aún más los orígenes de ese mal: "Cuando el hombre piensa sólo en sí mismo, en sus propios intereses y se pone en el centro, cuando se deja fascinar por los ídolos del dominio y del poder, cuando se pone en el lugar de Dios, entonces altera todas las relaciones, arruina todo; y abre la puerta a la violencia, a la indiferencia, al enfrentamiento". Y sacó a relucir el espíritu de Caín y su desafiante pregunta a Dios: "¿Soy yo el guardián de mi hermano?". "Sí", responde el Papa, "tú eres el guardián de tu hermano. Ser persona humana significa ser guardianes los unos de los otros. Sin embargo, cuando se pierde la armonía, se produce una metamorfosis: el hermano que deberíamos proteger y amar se convierte en el adversario a combatir, suprimir. ¡Cuánta violencia se genera en ese momento, cuántos conflictos, cuántas guerras han jalonado nuestra historia!". "Hemos perfeccionado nuestras armas, nuestra conciencia se ha adormecido, hemos hecho más sutiles nuestras razones para justificarnos. Como si fuese algo normal, seguimos sembrando destrucción, dolor, muerte", subrayó. Pero hay una solución y es posible, es "la respuesta de Dios": "¡Cómo quisiera que por un momento todos los hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz! Allí se puede leer la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte. En el silencio de la Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz. Quisiera pedir al Señor, esta noche, que nosotros cristianos, los hermanos de las otras religiones, todos los hombres y mujeres de buena voluntad gritasen con fuerza: ¡La violencia y la guerra nunca son camino para la paz!".
La vigilia de oración comenzó a las 19.00 hora local (17.00 GMT) con un saludo del papa, luego el canto de invocación al Espíritu Santo acompañó en procesión la imagen de la Virgen "Salus Populi Romani" en medio de oraciones, cantos y la fe que llena a los feligreses.
En torno a las 20.00 horas (18.00 GMT) el papa dedicó un espacio a la meditación, mientras que en la plaza de San Pedro estuvieron presentes cincuenta confesores, según expreso deseo del papa, puesto que "la verdadera paz nace del corazón del hombre reconciliado con Dios y con sus hermanos".
La ceremonia estará abierta a todos, tanto católicos, ateos y fieles que profesen otras religiones y concluirá en torno a las 23.00 horas (21.00 GMT).
La vigilia de oración comenzó a las 19.00 hora local (17.00 GMT) con un saludo del papa, luego el canto de invocación al Espíritu Santo acompañó en procesión la imagen de la Virgen "Salus Populi Romani" en medio de oraciones, cantos y la fe que llena a los feligreses.
En torno a las 20.00 horas (18.00 GMT) el papa dedicó un espacio a la meditación, mientras que en la plaza de San Pedro estuvieron presentes cincuenta confesores, según expreso deseo del papa, puesto que "la verdadera paz nace del corazón del hombre reconciliado con Dios y con sus hermanos".
La ceremonia estará abierta a todos, tanto católicos, ateos y fieles que profesen otras religiones y concluirá en torno a las 23.00 horas (21.00 GMT).
T/YVKEMUNDIAL/SSN
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Socialista Sur Noticias no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicar aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. No se permitirá la inclusión de números telefónicos, los mismos serán eliminados por su propia seguridad. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos.