El Banco Central Italiano, Bankitalia, informó a través del boletín estadístico de finanzas públicas, que la deuda creció 0,6 mil millones de euros respecto al mes anterior. Este resultado, denota la necesidad del incremento de las administraciones públicas.
La deuda pública de Italia registró un incremento récord en junio de este año llegando a 2,075 billones de euros (unos 2,759 billones de dólares), superior a la cifra registrada en mayo.
Así lo informó el Banco Central Italiano, Bankitalia, a través del boletín estadístico de finanzas públicas, en el que destaca que la deuda creció 0,6 mil millones de euros respecto al mes anterior.Este resultado, denota la necesidad de las administraciones públicas y el incremento de las disponibilidades líquidas del Tesoro italiano.
Según señala Prensa Latina, uno de los factores que contribuyeron en el aumento de la deuda, se debe a los prestamos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera a otros países europeos, con el fin de ayudarlos a salir de la crisis económica.
De esta manera, Bankitalia prevé que la deuda pública se sitúe este año en 130,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), un poco menos de lo que se registró en el cierre de 2012 que fue de 127 por ciento.
Si esta cifra se compara con el mismo período de 2012, la proporción de deuda con respecto al PIB creció cuatro puntos desde los 88,2, debido a que en el primer trimestre del año se ubicó en 92,2 por ciento del PIB, 1,6 por ciento más que en el trimestre siguiente.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó a principios del mes de julio que Italia podría recuperarse a partir de fines del año en curso, aunque sus perspectivas de crecimiento permanecen débiles. En ese sentido, el FMI instó al Gobierno italiano a agilizar el proceso para implementar una reforma.
Por su parte, el FMI estima que la tercera mayor parte de la economía de la zona euro sufrirá una contracción de un 1,8 por ciento durante este año, por encima de su proyección anterior de una caída de 1,5 por ciento del Producto Interno Bruto.
Los niveles de duda persisten en los miembros de la Eurozona, debido a los ajustes impuestos por el grupo. Países como Grecia, Italia, Portugal e Irlanda, registran las tasas más altas, mientras Estonia, Bulgaria y Luxemburgo, cuentan con las cifras más bajas.
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