Con la boca se besa, se habla, se condena y se reconoce. El pez muere por la boca y las personas también, porque el cáncer bucal hace de las suyas.
Esta enfermedad es motivo de preocupación para especialistas como Argimiro Hernández, odontólogo, cirujano bucal venezolano e hijo de un famoso oncólogo especialista en mamas (Gerardo Hernández). Hernández constituyó la Fundación Boca a Boca, para motivar la prevención del cáncer bucal. Esta es “un área muy descuidada”, señala el presidente de esta organización sin fines de lucro auspiciada por el Centro Nacional de Cirugía Bucomaxilofacial e Implantes (Cibumaxi), y avalada por la Sociedad Venezolana de Cirugía Buco-Maxilofacial y la Sociedad Venezolana de Periodoncia.
No es una enfermedad frecuente; nadie piensa en ella. “Sus índices de aparición son bajos, de 7% a 10% de población de más de 40 años”, apunta, pero cuando irrumpe es devastadora “por su altísima tasa de mortalidad o morbilidad, que puede llegar casi a 90%”.
La afección se descubre tarde y, por lo tanto, es tratada tarde, lo que define un rumbo difícil de alterar. Además, la cirugía para abordarla “es muy mutilante”. Por ello, el énfasis de Hernández es la prevención: la campaña Sácale la lengua al cáncer busca que las personas se examinen a sí mismas, perciban cualquier señal de alarma y actúen a tiempo.
COLORES
Una boca de colores no es precisamente una boca sana. Es decir, si una persona tiene lesiones blancas, rojas o negras debe acudir al especialista. También debe ser motivo de inquietud un aumento de volumen sin explicaciones aparentes, cambios en la mucosa, sensación de adormecimiento y modificación en la voz. “Esto nos indica a nosotros que algo está pasando”, añade Hernández.
El cáncer bucal no aparece por igual en todos los sitios. “Los de mayor frecuencia son el labio inferior, por el sol; también, la lengua (bordes laterales)”, puntualiza. Los sujetos de tez muy blanca, al exponerse al sol, corren el riesgo de sufrir de úlceras a repetición y con mucha frecuencia: “Eso hay que evaluarlo, sobre todo si tenemos úlceras, llagas, pérdida de superficie o continuidad de la piel que dure más de 15 días”.
No se debe confundir con el herpes, que se activa con la radiación solar y el estrés y que en no más de una semana mejora.
EN RIESGO
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| El especialista Argimiro Hernández creó una fundación para motivar la prevención de la enfermedad |
El principal factor de riesgo para el cáncer bucal es el cigarrillo, problema de salud pública que incide en otros tipos de carcinoma y en múltiples afecciones, como las del corazón. “El cigarrillo genera calor y es un irritante muy importante para la cavidad bucal”, sostuvo. Contiene, además, químicos como nicotina y alquitrán que actúan de manera constante en la mucosa. También disminuye la irrigación en la zona, producto del calor y de los tóxicos. “Es directamente proporcional” la cantidad de cigarrillos y el riesgo de cáncer, advierte Hernández.
Otros productos del tabaco, como el chimó, perjudican la boca. “No genera el calor del cigarrillo, pero tiene los tóxicos que tiene el cigarrillo, como nicotina y alquitrán”, aclara.
El alcohol en exceso es otro irritante, y si se mezcla con el tabaco “potencia su efecto”. Por lo general “la gente que toma con frecuencia, fuma con frecuencia; es una ‘parejita’ que va junta”.
El virus de papiloma humano es un factor de riesgo a considerar, potenciado por la práctica del sexo oral sin la debida precaución. No se trata de renunciar a la estimulación boca-genitales, sino de hacerlo como es debido. “El VPH tiene un repunte importante” y es frecuente en jóvenes, acotó. Tres subtipos -no los más comunes- son oncogénicos (causantes de cáncer) en la boca. Hernández defiende la higiene como una condición imprescindible para el sexo oral, además de la consulta ginecológico; insiste, también, en evitar el intercambio de parejas. “Basta una cortada en boca, o una laceración con el cepillo de dientes, para abrirle las puertas al virus”.
Las prótesis mal adaptadas son una amenaza para la boca de las personas de más edad, porque provocan “un roce constante en la zona” que afecta la lengua y puede llevar al cáncer.
EL PROCESO
Lo que comienza como una lesión blanca puede avanzar. Cuando la persona “tiene el antecedente oncogénico” o “el mapeo genético en su contra”, y además se calza una prótesis mal adaptada y fuma, cuenta con todos los números de la rifa para el cáncer.
Los problemas pueden aparecer en meses o en años, acota el odontólogo. “El cuerpo humano tiene capacidad para adaptarse muchísimo, y la cavidad bucal es de los tejidos que mejor se adaptan y se reparan del cuerpo humano, pero si la irritación es más fuerte que la capacidad de recuperación del tejido, aparecerá la neoplasia”.
Pasos para el autoexamen
El tratamiento, ante las primeras lesiones, consiste, en primer lugar, en eliminar “el agente irritante”, ejercitar los buenos hábitos de higiene bucal y realizar un chequeo progresivo. Se practica la primera biopsia, que de resultar positiva, requerirá la atención de una oncóloga o un oncólogo experto en cabeza y cuello “para que empiece a manejar un tratamiento” que puede incluir radioterapia, quimioterapia y cirugía oncológica.
La posibilidad de sobrevida de una persona con cáncer bucal es de 5 a 10 años, cuando mucho, con una calidad de vida que Hernández no duda en calificar como mala.
EL TRABAJO
La Fundación informa y tiende puentes. “Ya hemos hecho los nexos con hospitales oncológicos”, así como con la Sociedad Venezolana de Oncología, para el desarrollo de campañas que permitan la prevención del cáncer, relató.
La organización también llama la atención acerca de la necesidad de fabricar más prótesis maxilofaciales para atender las necesidades de las y los pacientes que, debido a la cirugía, las requieren. Propone firmar convenios universidades-hospitales para poder dar respuesta a este requerimiento.
MIRAR DOS VECES Y MÁS
La Fundación Boca a Boca busca crear “la conciencia colectiva del autoexamen de la cavidad bucal”, ya que “así como existe el autoexamen de mamas debe existir el autoexamen de la cavidad bucal”, una vez al mes
¿Qué buscar? “El trabajo debe ser organizado: comenzar con la rastra, buscar asimetrías, ver si hay volúmenes o cambio de coloración fuera de la boca”, describe. Luego hay que revisar el cuello, la cara interna de las mejillas, el paladar, las encías, la lengua y el piso de la boca”, enumera.
Una alteración que se repite al mes siguiente es la señal más obvia de que debe buscar atención odontológica. “Nosotros debemos ir a nuestro odontólogo, quien decidirá si es recomendable mandarnos a un especialista: un cirujano bucal y maxilofacial o un patólogo bucal”.
El autoexamen debe hacerse de rutina. Un buen chequeo no requiere más de un minuto. “El autoexamen garantiza el diagnóstico temprano de cualquier lesión”, y poder resolver que una llaguita no pase mayores.
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