En el espacio es perfectamente posible crear, incluso, un “extraterrestre”, aseveran en el Centro de Tecnologías Rotacionales de Novosibírsk donde se realizan las investigaciones. 
Las células madre y las micropartículas se mezclan en el reactor con la rotación aérea lo que les permite fundirse, debido a que este es un problema en las condiciones de ingravidez. Ello causa que los líquidos no fluyan ante la ausencia de la fuerza de gravedad y formen una especie de "globo que nada” en el vacío. El modelo experimental de la instalación pasó ya exitosas pruebas y ya es hora de realizar ensayos en el cosmos. Y es que los resultados en condiciones de ingravidez pueden ser diferentes, aunque, lo más probable es que el “principio tornado” funcione también allí, explicaba a La Voz de Rusia Yuri Ramazanov, director del Centro de Tecnologías Rotacionales: 
Hemos inventado un aparato capaz de realizar la fusión de los líquidos en estado de ingravidez, con una microgravedad. En el segundo semestre nos planteamos ponerlo a prueba en el laboratorio aéreo del Centro de Preparación de Cosmonautas Gagarin. De confirmarse todo en más de un 50 % será posible pasar a la Estación Espacial Internacional, donde se piensan llevar a cabo investigaciones biológicas. 
Todos los procesos químicos y biológicos se comportan de manera distinta, ante la ausencia de la gravedad, que en la Tierra. Ello permitiría obtener entonces productos de nuevas propiedades, amén de organismos vivos. De ahí que surgiera la idea del cultivo de órganos. Yuri Ramazanov explica que la gravitación impide crear objetos tridimensionales en la Tierra: 
En la Tierra es complicado hacer crecer objetos tridimensionales que sean iguales en todos los lados, porque predomina la fuerza que opera desde abajo. En la Tierra se acometieron intentos de crear la microgravedad, pero de momento no se registran éxitos en esta materia. Se despliegan trabajos de cultivo de órganos, pero los objetos biológicos tridimensionales van a crecer mejor en condiciones de ingravidez. Porque ellos podrán hacer esto en todas las dimensiones a la vez, debido a que no habrá una fuerza predominante. 
No está lejos el día cuando, en la órbita pueda nacer, de manera artificial, un organismo nada parecido, en absoluto, a los seres terrestres. Este será un genuino advenedizo del cosmos, asegura Yuri Ramazanov: 
Es perfectamente viable obtener un organismo vivo de propiedades fundamentalmente nuevas. En la órbita fue cultivada ya una bacteria, la salmonella. Cuando la trajeron de vuelta resultó ser veinte veces más peligrosa. De manera que, es posible obtener polímeros de propiedades del todo nuevas. Y lo más probable es que sea posible obtener también, llamémoslos, objetos vivos. 
Los proyectos de los científicos de Novosibírsk tienen una utilidad perfectamente práctica. Pueden ayudar al abastecimiento de la actividad vital de los cosmonautas. Y hoy, pero sobre todo durante los vuelos de larga duración, a los que se prepara la humanidad, es indispensable reciclar de alguna manera los residuos que se acumulan inevitablemente en el día a día de la tripulación. Y el reactor de Siberia podrá convertir, por ejemplo, las servilletas higiénicas que emplean los cosmonautas, en glucosa. Lo mismo se podrá hacer también con otra basura. 
Las pruebas del reactor están fijadas para el segundo semestre de 2013. “Entonces estará claro también si avanzamos en la dirección correcta”, subrayó Yuri Ramazanov.

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