Publicado: 22 Marzo 2013 | 11:51 p.m.
Ese líquido vital que toda persona requiere para preservar su vida en el planeta dejó de ser un privilegio en Venezuela, puesto que hoy se reconoce como un derecho humano que llega a 96% de la población y supera, desde el año 2006, las metas del milenio propuestas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para 2015.
Sin embargo, lograr el reconocimiento de este codiciado recurso no fue fácil, por lo que formó parte de una tarea emprendida por el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, en el seno de la ONU, organismo internacional que tras declarar desde el 22 de marzo de 1992 como el Día Mundial del Agua, y especialmente el 2013 como Año internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua, que tiene entre sus metas reducir a la mitad el porcentaje de personas sin acceso al agua potable, cuyo objetivo despierta incertidumbre en otros países por los lentos y desiguales avances registrados hasta la fecha.
“El Gobierno Venezolano y Hugo Chávez fueron los propulsores internacionales del acceso al agua como derecho humano, eso fue un logro de la diplomacia venezolana”, señaló el biólogo de profesión e investigador del Instituto de Estudios Avanzados (Idea), César Aponte.
Para alcanzar este amplio suministro del líquido, durante los últimos 14 años se aumentó el nivel de tratamiento de las aguas y se rehabilitaron plantas potabilizadoras.También se repararon líneas de bombeo para lograr 90% de confiabilidad en los principales acueductos del país.
“Chavez gestionó una política nacional que apuntó a masificar esos derechos y nos permitió alcanzar metas concretas”, dijo Aponte.
Destacó que ningún otro Gobierno en la historia de Venezuela invirtió en acueductos y en toda la infraestructura relacionada con el acceso al agua potable.
“Superamos las metas utilizando una estrategia basada en una noción socialista de la gestión del recurso, que es un recurso común, y es una noción diametralmente opuesta a esa visión excluyente y hasta racista que tenía la cuarta República que le daba agua a unos sí y a otros no, y que aquí se enfocó en poner la solución a la mano de la gente”.
Respecto a las 9.000 mesas Técnicas de Agua establecidas en el país, celebró que una política de Estado permita que sea la propia comunidad la que se organice entorno a sus necesidades en materia de agua.
Estas mesas técnicas son una organización comunitaria orientada por las empresas hidrológicas venezolanas, con el fin de incorporar a la población a la gestión del vital líquido y a la búsqueda de alternativas que mejoren la administración del recurso.
Chávez, el Presidente del Agua
Aponte se refirió a la ecología como un asunto de supervivencia de la vida y además como un asunto político, desde esta perspectiva, señaló, que es válido hablar de “Chávez como el único Presidente del Agua en la historia de Venezuela”.
Expresó que fue Chávez quien reivindicó a los sectores de la población que fueron excluidos en el acceso a este recurso durante los Gobiernos de la cuarta República. “Nada justifica que siendo un país tan rico se haya pasado las calamidades tan terribles, sobre todo en la década de los 90 con respecto a la distribución y acceso al agua potable en la ciudadanía”, rechazó.
En Venezuela eso no tenía sentido por la condición de país diverso y con innumerables reservas de agua, por lo que acotó como única razón el desprecio que siempre sintieron estos dirigentes por quienes vivían en situación de pobreza. “Hasta los años 90 se veían los mapas de planificación del Instituto Nacional de Obras Sanitarias (hoy Hidroven) y todas las barriadas en las zonas populares que rodean el valle del río Guaire de Caracas aparecían como zonas verdes, no aparecían como zonas habitadas por personas que demandaban el recurso y su distribución”.
Denunció que en aquel momento se generó un “apartheid hídrico”, puesto que los sectores pudientes de la población tenían acceso al agua, por lo que exaltó una conocida frase de la jefa de Gobierno del Distrito Capital en la que dijo que era fundamental “democratizar la escasez”, porque si en algunos sectores de la población, en este caso de Caracas, se racionaba el agua tenía hacerse de la misma forma en todos los sectores de la ciudad.
“Primero se pasó por ese principio de democratizar la escasez, para luego comenzar en una propuesta completamente radical basada en la noción de democracia participativa y protagónica y en el principio de responsabilidad ambiental que es toda la gestión comunitaria del agua con la creación de miles de Mesas Técnicas de Agua”.
“No se conoce una experiencia como esta en el planeta”, dijo la socióloga Gabriela Rodríguez para comentar que este proyecto de las mesas de agua son una referencia internacional que coloca a Venezuela como el único país que cuenta con la gestión y control del agua manejada desde las propias comunidades, más allá de las empresas y del Estado.
Para explicar el término, señaló, que el mismo existe y se denomina para considerar que ciertas poblaciones como los pobres, los indígenas, es decir, los que eran excluidos de la sociedad no se les puede privar del acceso a los bienes naturales para que otro sector sí pueda tenerlos.
Democratización del líquido vital
Durante una entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), Aponte rememoró momentos en los que Chávez rompió con la lógica de privatización del agua en Venezuela, y recordó cuando, por ejemplo, en la Asamblea Nacional se dio competencias a los gobiernos regionales para disponer de los humedales, acuíferos y fuentes de agua con fines comerciales, una situación que denunció el escritor venezolano Luis Britto García.
Por ello, el 28 de marzo del año 2004, Britto y otros escritores rechazaron esta decisión que afectaría a la población venezolana. “Nosotros, intelectuales y creadores, profundamente preocupados por el avance en la (AN) de una Ley Orgánica de la Hacienda Pública Estadal cuyo artículo 6 hace posible transferir a los Estados y hacer enajenables los ríos, lagos y lagunas, manifestamos nuestro más categórico rechazo a una norma que trata de arrebatar al pueblo venezolano el dominio de sus fuentes de agua potable en el más puro espíritu del Área del Libre Comercio en las Américas (Alca)”.
“En defensa de la humanidad y de América Latina, solicitamos a representantes y autoridades que no promulguen dicho texto legal, y a todos los defensores de la ecología y de los recursos naturales que nos apoyen en esta petición en defensa de la vida de un pueblo”, reseñó el comunicado.
No obstante, fue el presidente de la República, Hugo Chávez, quien vetó ese instrumento que dejaba en manos de unos pocos el destino de los ríos, lagos y lagunas venezolanas, los cuales no debían estar sino en las manos del pueblo.
Desde entonces, comenzó en el país todo un proceso de organización para reivindicar a quienes durante años no lograron tener acceso al agua dulce, aún cuando la geografía nacional lo permitía.
Reservas de agua dulce
Venezuela se encuentra entre los doce países con más reservas de agua dulce en el mundo, las mismas recorren humedales y fuentes inagotables de vida en las que se acumula el agua.
Se ubicada además entre los 10 países con mayor diversidad biológica del planeta y con mayor disponibilidad de agua dulce por habitante, es decir, unos 35 millones de litros, mientras que en el ámbito mundial alcanza los 8.250.000 litros.
Una característica especial en el tema medioambiental en Venezuela es el reconocimiento, de acuerdo con datos del Ministerio para el Ambiente, de una superficie de 62.995.581,15 hectáreas correspondientes a Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE). Estos espacios que alcanzan 46% del territorio nacional, por sus características y cualidades, necesitan estar bajo resguardo porque son patrimonio nacional.
Estas áreas están compuestas por 43 parques nacionales, 36 monumentos naturales, 7 refugios de fauna silvestre, 39 áreas boscosas bajo protección, 14 reservas nacionales hidráulicas, 4 reservas de fauna silvestre, 5 áreas rurales de desarrollo integrado, 2 reservas de biósfera, 3 áreas de protección y recuperación ambiental, 6 zonas de aprovechamiento agrícola, 58 zonas protectoras, 11 reservas forestales y 7 áreas criticas con prioridad de tratamiento.
Además existen otras de importancia como las zonas de reserva para construcción de presas y embalses, las áreas de protección de obras públicas, las costas marinas de aguas profundas, las zonas de interés turístico, las zonas de seguridad y de seguridad fronteriza y, finalmente, los sitios de patrimonio histórico, cultural o arqueológico.
El acceso al agua como bien común en la población venezolana se continúa privilegiando, una premisa que forma parte del quinto objetivo histórico del Segundo Plan Socialista para el período 2013-2019 en el que se hace referencia a la preservación de la especie humana y de la vida en el planeta, meta que requiere como recurso indispensable el suministro de agua potable.
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