Con un clima típico de los andes venezolanos, con lluvia y frío, el Táchira celebró el día de su patrona, Nuestra Señora de Consolación. A partir las seis de la mañana los devotos peregrinaron junto a la imagen de la Virgen de Consolación partieron desde la Catedral de San Cristóbal hasta Táriba para la celebración de la misa pontifical.
Familias, ancianos, jóvenes, niños, todos peregrinaron para agradecer en la solemnidad de la asunción de la Virgen María por favores recibidos o elevar una petición a Jesucristo por intercesión de la Virgen de Consolación. Y en medio de la lluvia, las oraciones hacían la caminata fresca y llena de fe.
La solemne eucaristía fue presidia por monseñor Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal, acompañado de los sacerdotes de esta iglesia local. La ceremonia se efectuó en un altar principal ubicado en la avenida 1 de Táriba, que permitió la presencia multitudinaria de peregrinos.
“Como todos los años, con las sandalias de peregrinos, venidos de tantas partes del Táchira, Venezuela y del mundo, celebramos las honras de María. Reconocemos una vez más que es el orgullo de nuestro pueblo: es María del Táchira, la misma de Nazaret, la misma que se ha manifestado en tantas partes del mundo. Es la estrella de la evangelización que nos impulsa por los caminos de su Hijo Jesús. Si algo podemos volver a gritarle al mundo, es que por María llegamos a Jesús”, expresó el Obispo en su reflexión.
“Podemos contar con la invitación del Papa Francisco: ser servidores de todos sin excepción”
En su homilía, de igual manera monseñor Moronta indicó que esta festividad mariana ha sido “una profesión de fe pública en Jesús, el que fue dado a conocer por María. Con ella, le decimos al mundo de hoy: “hagan lo que Él les dice”.
“Por supuesto que desde la experiencia de hacer nosotros lo que Jesús nos dice en su Palabra. Lo realizamos de manera personal, con nuestro compromiso cotidiano; pero también de manera comunitaria: desde nuestras parroquias, desde nuestras comunidades eclesiales de base, desde nuestros hogares, desde nuestras propias instituciones. Esa fe hecha pública conlleva que hemos asumido a Jesús como la razón de ser de nuestra vida. Así lo supieron hacer desde los inicios los apóstoles y discípulos de Jesús, quienes, en torno a María, aprendieron a darlo a conocer y a vivir un encuentro continúo con Él enriquecido, a la vez, con la Palabra y los sacramentos”.
El Obispo también recordó la celebración aniversario de la Diócesis de San Cristóbal, dijo: “celebramos los 90 años de nuestra Diócesis: una Iglesia joven, ciertamente, pero con decidida vocación evangelizadora. Todo lo que hacemos en espíritu y verdad nos lleva a sentirnos solidarios con los que menos pueden y a jugárnosla por el auténtico desarrollo de nuestra comunidad, donde construimos el Reino de Dios”.
“Para ello, podemos contar con la invitación del Papa Francisco: ser servidores de todos sin excepción. Los laicos, en especial los jóvenes, siendo la luz del mundo en el Táchira; los sacerdotes con el necesario olor a ovejas por nuestro compromiso y compenetración con los hermanos a quienes servimos. Se trata de ser Iglesia de verdad: la de la Palabra, la que crea comunión, la que hace realidad la presencia de Dios en todos los ámbitos del quehacer humano, la que celebra en libertad y justicia la eucaristía, la que hace realidad en sus actos a Cristo el Señor”, continuó.
Al final de la eucaristía los sacerdotes llevaron la imagen en hombros la imagen de nuestra Señora de la Consolación, para que fiera llevada hasta su Basílica, donde cada hora se siguen celebrando misas. Al final del día, la imagen es llevada en procesión por las calles de Táriba acompañada por las cofradías que históricamente le custodian, para que sea venerada por los fieles.
T/yvkemundial
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