Publicado: 19 Febrero 2013 | 10:25 p.m.
La poca colaboración de EE.UU. en la investigación sobre la muerte del niño ruso adoptado por una familia de Texas indigna a Moscú. Se cree que el menor fue golpeado por su madre adoptiva, que además le suministró fármacos psicotrópicos.
Varios parlamentarios rusos criticaron recientemente al Departamento de Estado de EE.UU. por no participar suficientemente en la investigación sobre la muerte de Maxim Kuzmin, un niño ruso de tres años adoptado por una pareja estadounidense, que falleció aparentemente a causa de la paliza que le propinó su madre adoptiva.
Rusia exige más rapidez en la investigación y critica duramente el hecho de que, pese a que el asesinato sucedió el pasado 21 de enero, tardara casi un mes en salir a la luz.
El pequeño fue adoptado por los ciudadanos estadounidenses Alan y Laura Shatto en noviembre de 2012 y dos meses y medio después se producía el trágico incidente.
Aunque según apuntan los primeros datos, su muerte fue consecuencia de la brutal paliza que recibió a manos de su madre adoptiva, el Departamento de Estado estadounidense ha llamado a no sacar conclusiones precipitadas y esperar a que culmine la investigación que llevan a cabo Washington y Moscú.
En Texas todavía no se ha llevado a cabo ninguna detención, dado que las autoridades esperan la llegada de los resultados de la autopsia, que se producirá a mediados de marzo.
“Todavía no se han presentado acusaciones pero hay motivos para suponer, y eso es lo que dicen nuestros colegas estadounidenses, que la muerte fue provocada por los sistemáticos golpes de manos de la madre adoptiva”, indicó Konstantín Dolgov, delegado para los Derechos Humanos del Ministerio de Exteriores ruso, quien además exigió más rapidez a las autoridades norteamericanas.
Por su parte, el Comité de Investigación de Rusia ha iniciado una causa penal por el asesinato y pidió que se detenga a la madre adoptiva y se emita una orden internacional de búsqueda. Además, pidió que inspectores rusos puedan participar en el proceso de investigación en territorio de EE.UU. para ayudar a esclarecer los hechos.
Abusos físicos y suministro de fármacos psicotrópicos
De acuerdo con un informe del Servicio de Protección Infantil de Texas, Maxim presentaba numerosas lesiones y fue golpeado en el ámbito doméstico.
Asimismo, el defensor ruso para el derecho de los niños, Pável Astájov, señaló en su cuenta de Twitter que durante mucho tiempo la madre estuvo suministrándole al pequeño fuertes psicofármacos que se utilizan para tratar la esquizofrenia en adultos.
Estos indicios serían suficientes para que la madre adoptiva de Maxim fuera encarcelada.
Preocupación por Kiril, el hermano de Maxim
Kiril Kuzmín, el hermano pequeño del asesinado, también fue adoptado por la misma familia de Texas. El menor actualmente vive con su padre adoptivo, mientras que su madre adoptiva le visita una vez a la semana. Sin embargo, su estado de salud preocupa a las autoridades rusas.
De hecho, Moscú ya ha empezado las gestiones para que Kiril regrese a Rusia y estudia la legitimidad de su proceso de adopción.
Maxim y Kiril fueron adoptados en la misma región rusa que Dima Yákovlev, quien dio nombre a la ley que entró en vigor el pasado mes de enero y por la cual se paralizan las adopciones de niños rusos por parte de familias estadounidenses. Con su muerte, Maxim se une a la lista que incluye a unos 20 niños de origen ruso que han fallecido presuntamente a manos de sus familias adoptivas en EE.UU. en los últimos 10 años.
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