Brasil inicia este miércoles un nuevo año con importantes acontecimientos que marcarán el destino de este territorio, como son la Copa Mundial de Fútbol y las elecciones generales de octubre próximo.
A nivel internacional, la celebración del mundial entre el 12 de junio y 13 de julio venidero aportará gran relevancia para esta nación emergente, así como podría asegurar su imagen de potencia en el escenario global.
Millones de seguidores de todos los continentes mirarán hacia en este país, donde 32 selecciones de los cinco continentes se disputarán el más importante título de esta disciplina deportivita.
Sin embargo, hay retrasos en la entrega de seis de los 12 estadios sedes de este evento mundialista y preocupa a la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), la cual en diciembre último tuvo que cambiar los plazos de conclusión de esas instalaciones, previstos inicialmente para diciembre pasado, para inicio de este 2014.
La muerte de dos trabajadores por el desplome del brazo de una grúa en el Corinthians, de Sao Paulo, la sede del partido inaugural del 12 de junio, provocó que esta edificación no esté lista hasta abril próximo.
Durante el sorteo de la Copa del Mundo, realizado a principios de diciembre en un balneario del estado de Bahía, en el noreste de Brasil, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, dijo que sólo puede pedirle a Dios o a Alá que no ocurran más accidentes, para evitar más retrasos.
Otro obrero murió poco después al caer del techo del Arenas Manaos, cuando instalaba unos reflectores, y las labores de construcción fueron paralizadas.
Según los últimos pronósticos, las instalaciones deportivas de Sao Paulo, Natal, Curitiba, Manaos, Cuiabá y Porto Alegre estarán listas entre enero y abril, lo cual disminuye el tiempo para probar esos estadios y garantizar su seguridad.
Además de esas instalaciones, serán sedes de esa cita mundialista el Mane Garrincha, de Brasilia; Mineirao (Belo Horizonte), Castelao (Fortaleza), Maracaná (Río de Janeiro), Arena Pernambuco (Recife) y Fonte Nova (Salvador).
A pesar de los inconvenientes, la presidenta del país, Dilma Rousseff, manifestó confianza en la terminación de esas obras y el éxito organizativo del mundial, que demostraría la capacidad y desarrollo de esta nación suramericana.
Concluida la Copa, el 5 de octubre próximo se celebrarán los comicios generales, en los cuales se prevé que Rousseff dispute su reelección como candidata del Partido de los Trabajadores (PT) y se enfrente a otros adversarios de la opositora organización de la Social Democracia (PSBD) y de los Socialistas (PSB).
Como novedad, el PSB apuesta por presentarse de manera independiente, pues en anteriores ocasiones se alió al PT, y el líder de esa agrupación, Eduardo Campos, figura como probable pretendiente al sillón presidencial.
Además de elegir el nuevo jefe de Estado, la ciudadanía deberá votar por gobernadores, y legisladores.
Para analistas políticos, este 2014 se vislumbra complejo, pues con Copa mundial y elecciones, el Gobierno deberá lidiar para asegurar que Brasil continúe en su senda de crecimiento económico, genere empleos y siga mejorando las condiciones de vida de su población, pese a las adversidades financieras globales.
Fuente/yvkemundial
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